
Si existe una figura clave a la que adjudicar la salida del techno y el house de los clubes y el ambiente gay en Francia para su popularización a nivel masivo esa es la del dj y productor parisino Laurent Garnier. Un dj que se recorrió Inglaterra y Alemania durante la segunda década de los 80 y principios de los años 90 y que vivió como parte integrante de las mismas, del movimiento techno a través de su faceta como dj, la eclosión del movimiento “rave” en los dos países, capitales de la cultura electrónica europea. Pese a ser ya un dj conocido y respetado en los ambientes techno, por sus sesiones en el mítico The HaÇienda en Manchester y en las “raves” inglesas cuando llegó el éxtasis y el acid-house, era un completo desconocido en su tierra, a pesar de haber sido dj residente en dos clubes de la capital francesa paralelamente a sus residencias en Inglaterra. En 1992, París seguía sin contar con un acontecimiento, una escena o un club techno de nivel. Y fue en ese año cuando algo empezó a cambiar.
En 1992 Laurent Garnier comenzó a organizar las fiestas Wake Up en “Le Rex”, un local antiguamente relacionado con el rock y músicas alternativas. Pero no fue el club lo que bautizó a Francia en el universo techno, pese a que con el paso de los años se haya convertido en poco menos que un mito al igual que Laurent, sino la iniciativa de traer a grandes estrellas techno a pinchar a “Le Rex”. ¿Y qué mejor manera de comenzar que con Derrick May y Kevin Saunderson? El éxito de la fiesta no tuvo precedentes y a los dos miembros de la Trinidad del techno le siguieron Jeff Mills, pieza angular de la segunda generación de techno-Detroit, Lil’Louis dj de house estrella en Chicago o Dj Pierre, uno de los difusores y precursores del Acid-house.
El éxito de las fiestas “Wake up” y sus ansias por dar a conocer la música que se había convertido en su vida, propició una mini gira por toda Francia en la que Laurent se acompañó de jóvenes dj’s y productores franceses como Shazz y Ludovic. Estos tres productores grabarían después de la gira una canción: “Acid Eiffel” que sería publicada por el sello de Detroit “Fragile”. Su segundo tema “Wake Up” llegaría a las manos de Kevin Saunderson quien le embarcaría en la remezcla de su tema “I Believe” y tras la cual, gracias a un joven dj de Detroit, Kenny Larkin, invitado a pinchar en una de las fiestas que se continuaban celebrando en Le Rex, Laurent se embarcaría en un viaje a la capital del techno mundial, donde descubriría y se impregnaría del auténtico espíritu del techno.
“Aquel primer viaje a Detroit no me cambió la vida. Respirar el aire de aquella ciudad no me hizo amar más su música, pero comprendí la necesidad de poner el corazón a la hora de hacerla. Si el techno de Detroit me conmueve es porque los autores se entregan en cuerpo y alma a sus discos, dejando al descubierto sus penas, sus decepciones, sus heridas y sus esperanzas (…) Si la música de Chicago se había dirigido siempre a mi cintura, la de Detroit me hablaba directamente al corazón. Me había hecho llorar. Discos como “World 2 World” o “Strings of life” constituyen la banda sonora de mi vida. Los escucho por enésima vez y aún se me ponen los pelos como escarpias. Esa riqueza no se compra con dinero. Se llama sinceridad.” Con esta conclusión volvió a Francia Laurent Garnier, tal y como expresa en “Electroshock”. Su viaje le había puesto en contacto directo con lo más excitante de Detroit en aquel momento: Underground Resistance y sus buques insignia: Jeff Mills y Mike Banks. Este viaje concienció a Garnier de la importancia de crear su propia música, de saltar al vacío, pues en un mundo donde el dj es el pionero e innovador, quién no arriesga no gana.